Las cápsulas de PLA (ácido poliláctico) son un producto pionero en el sector de los embalajes, que además de ser inofensivo para el medio ambiente, proviene de un material compostable como el almidón de maíz.
Según Natureworks, la fabricación de PLA tiene una huella de carbono hasta un 70 % inferior al proceso de producción del PVC. Asimismo, la termoretractibilidad del material, a una temperatura más baja que el PVC y el PET, permite un ahorro energético durante el proceso de encapsulamiento.
La falda de PLA y la parte superior de aluminio reciclable o película bioplástica convierten estas cápsulas en la opción ecológica.